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Foto del escritorIsla María

Comenzar a querernos


¿A quién no le ha venido a la mente frases como “estoy gorda”, “no me siento feliz como soy”, “no me gusta como me veo ”, o “no le voy a gustar a nadie”? Muchas de nosotras hemos adoptado esta costumbre de centrar nuestra esencia y valor en el aspecto físico.


Es muy importante darnos cuenta dónde estamos colocando nuestro valor. Nuestro valor como personas no depende de cómo nos veamos, las cosas materiales que tenemos o el éxito en nuestro trabajo. Va mucho más allá. En realidad, depende de la actitud con la que afrontamos cada paso que damos en nuestras vidas y qué tan seguras estamos de ello. De esta forma podremos llegar a amarnos de manera incondicional.


En este punto resulta importante mencionar el tema de la auto imagen, la cual está formada por pensamientos, creencias y fantasías que hemos creado acerca de nosotras a lo largo de nuestras vidas. Esta idea que elaboramos tiene una gran influencia de nuestro entorno más cercano como nuestra familia, nuestro grupo de amigos y la sociedad en la que nos desenvolvemos, pero lo que influye de manera más directa es el diálogo que mantenemos con nosotras mismas.


Me gustaría contarles que durante muchos años mantuve un diálogo interno en el que primaba la crítica y no me percataba cuán auto destructiva estaba siendo conmigo misma. “Qué mal lo hice”, “no lo logré, soy un fracaso”, “ahora qué dirán de mí” eran algunas de los comentarios que aparecían con mayor frecuencia. Tenía un nivel de exigencia muy alto conmigo misma y no me permitía cometer errores. En ese momento no era consciente del daño que me hacía. No me daba cuenta que esa forma de hablarnos a nosotros mismos se convierte en una especie de auto sabotaje que crea inseguridades, impacta en la autoestima y por ende, afecta en nuestro amor propio. Lo más peligroso de estos comentarios es que muchas veces aparecen de forma automática, sin darnos cuenta.


Después de algunos años logré entender el impacto negativo que estas exigencias estaban teniendo sobre mi y fue cuando comencé a practicar la auto compasión, y como consecuencia mayor aceptación. Así empezó mi camino hacia el amor propio. El día que comencé a quererme de verdad, sin caretas, pude ver con mayor claridad todas esas cosas bonitas que mis propios pensamientos no me dejaban ver. El día que comencé a quererme, mis exigencias se tornaron en realistas y me permití el derecho al error. El día que comencé a quererme, me miré en el espejo y me gustó lo que veía. Y a partir de ahí empecé a ser más consciente de mi valor como persona.



Quisiera que hagan un ejercicio conmigo, agarren un papel y un lápiz e identifiquen cómo se sienten consigo mismas en cada aspecto de su vida y de su cuerpo. Qué cosas te gustan y cuáles no te gustan tanto. Que realices una mirada interna y te observes. Te reto a que esa mirada introspectiva sea desde el amor propio, sin juzgarte y sin herirte. Te pido que seas conscientes del diálogo que mantienes hoy en día contigo misma y te propongo que a partir de hoy ese diálogo sea más bonito, donde logres enfocarte en esas cosas que te gustan de ti misma. A partir de hoy observa tus cualidades y abraza tus defectos como una oportunidad para seguir creciendo, céntrate en tus oportunidades de mejora y plantéate objetivos, porque si bien requiere de tiempo y esfuerzo, el resultado realmente vale la pena.



Oscar Wilde dijo una vez que “amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida”. Y cuánta razón tiene, porque no hay relación más bonita que la que se tiene cuando se está bien con uno mismo; de ahí parte el tipo de relaciones que tendremos con los demás. No hay nada más valiente que una persona que se quiere y se valora tal como es. Que acepta y cuida sus defectos, que trabaja en sus errores y que busca constantemente crecer como persona. Porque es ahí donde radica la felicidad. La belleza exterior no es duradera y no siempre representa la esencia de nuestro interior. Por ello, tengamos siempre presente la importancia de cuidar nuestro bienestar interna, y así reflejarlo en nuestra belleza externa.


Yo ya comencé a quererme, y tú ¿estás preparada?

Caro Arispe


Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta Racional Emotiva

Correo: caro.arispe@gmail.com

Blog personal: @unlugar_paratodos

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